Cada vez se relaciona más el ser “guay” con el hecho de tener sexo. Toda la publicidad que aparece en la TV así lo muestra, parece que tengamos que estar sexualizados en todo momento. Además, cada vez hay más presión para tener buen sexo, para que cada uno (hombre y mujer) haga su papel y lo que esta preestablecido.
El hombre tiene que hacer que la mujer llegue al orgasmo, la tiene que seducir, tener iniciativa y seguridad, etc. La mujer tiene que mostrar mucho deseo, ser muy desinhibida y atreverse a hacer de todo.
Cómo nos influye la pornografía:
Debemos tener presente el momento que estamos viviendo, el uso masivo de internet y de las redes sociales provocan un fácil acceso al contenido pornográfico y sexual, permitiendo un consumo masivo.
La pornografía nos influye tan positiva como negativamente, todo depende del punto de vista des del cual lo analizamos. Alimenta nuestras fantasías, nuestro imaginario sexual y anima a experimentar. Pero al mismo tiempo nos traslada a un mundo ficticio, demasiado perfecto que nos puede acabar provocando frustración cuando lo comparamos con nuestra sexualidad real.
Hay que tener presente que la pornografía es como el cine, no es todo 100% real, al contrario, hay mucha trampa, lo que vemos es material editado y pulido y solo nos enseñan las “partes interesantes”.
Las presiones sexuales masculinas:
Toda esta situación actual crea en el hombre un malestar y una gran presión sexual. De presiones sexuales podríamos citar muchas de ellas, pero destacaremos las 8 más típicas:
1.- El hombre siempre tiene que estar predispuesto, no puede haber día que no le apetezca tener sexo.
2.- Todos los hombres tienen la capacidad de separar sexo y sentimientos, no usan el sexo para decir “te quiero” y tampoco muestran sus sentimientos durante las relaciones.
3.- El tamaño de su pene hace que sea más sexual y viril y, por lo tanto, nos proporcionará más placer y será más bueno en la cama.
4.- Siempre están listos, siempre tienen una erección en un instante y la mantienen en todo momento.
5.- Les gusta todo, se excitan apretando un botón, no se les tiene que hacer nada para que disfruten.
6.- Pueden aguantar mucho, lo controlan sin problemas ya que una buena sesión de sexo se relaciona con la duración que ésta pueda tener.
7.- Tienen que saber cómo satisfacer a la mujer, tienen que hacer que llegue al orgasmo siempre y además acertar sin preguntar y sin que se les guíe. Ya que el resultado de ser un buen amante depende de los orgasmos que tanga la mujer.
8.- El hombre siempre tiene que llevar y conducir la relación sexual, tiene que ser el dominante.
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